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  Ponferrada surge, en el siglo XI, a partir del poblado de San Pedro, asentamiento anterior o paralelo a la construcción del puente de hierro por el obispo asturicense don Osmundo en el año 1086. La edificación, durante el siglo siguiente, de otro puente, una ermita y un hospital en Pomboeza posibilitará el nacimiento de un nuevo poblado. Ambos darán lugar a la colación de “Ponte Ferrata”. A este barrio-parroquia se le agregaría otro, a mediados del siglo XII, originado por El Camino de Santiago, que unía los barrios de San Pedro y Pomboeza, en torno a él surgiría la iglesia de Santa María, ya a finales del XII. Los tres núcleos de población quedaría unidos por El Camino Francés, dando origen de este modo a la villa de Ponferrada.


  A partir de este momento, será el poblado de Santa María el más dinámico y que eclipse a los demás. Su situación privilegiada para la defensa; el asentamiento de los templarios en sus proximidades (1178); la construcción de la cerca (1224) y de hospitales, como el de San Lázaro, en la calle Pregoneros, en el último cuarto del siglo XII; serán algunos de los factores que contribuyen a la hegemonía de este nuevo poblado que, surgido en torno a la iglesia de Santa María, aglutinará a los demás, mientras que otros factores, como la concesión de fueros a la villa por Alfonso XI (poco antes de 1206) y las consiguientes confirmaciones reales de Sancho IV (1282), Fernando IV (1305) y Juan I (1379); la creación de nuevos hospitales: de Pedro de Didaci y Sancha y de San Juan (en los siglos XII y XIII, respectivamente), y la roturación de nuevas tierras con el consiguiente aumento de la producción agrícola, servirán para consolidar el crecimiento de la Villa.
 

Antes de construir la nueva iglesia parroquial, el concejo y el cura don Diego de Yebra, solicitan en el año 1558 la creación de la Colegiata a Roma, petición que le sería denegada.




El afán de don Diego de Yebra, el crecimiento demográfico, la fe del pueblo y las malas condiciones de la primitiva Iglesia medieval llevaron al arquitecto Juan de Albear a iniciar la construcción de la iglesia actual en 1573 sobre el solar de la antigua iglesia y de otros particulares.

 
  El mayor desarrollo urbano, económico y demográfico del barrio de Santa María posibilitó, en primer lugar, que su iglesia se convirtiese, ya desde el siglo XIII, en la parroquial, y la de San Pedro, pese a ser la más antigua, en su aneja. El apoyo de la corona; el dinamismo del concejo; la seguridad proporcionada a sus vecinos por su fortaleza, castillo viejo y cerca; la presencia de los corregidores; el convertirse en la capital del realengo; la importancia cada vez mayor de sus vinos y sus ferias; y la llegada de funcionarios, nobleza y comerciantes; potenció el crecimiento demográfico de la villa partir de las primeras décadas del Quinientos y, así pues, aquella antigua iglesia medieval, levantada a finales del siglo XII se fue quedando pequeña y las justicias de la villa vieron la posibilidad de hacer una nueva.


El sueño del párroco don Diego de Yebra de convertir la iglesia parroquial en una Colegiata no se cumplió, pero sí el construir la iglesia parroquial más monumental de cuantas se construyeron en El Bierzo.
   
Ver imagen de la Plaza de la Encina en 360º
 
Vista de la Basíclica de la Plaza de La Encina. Escultura del hallazgo de la Virgen en una encina.
 
Inscripción realizada en le siglo XVII tras la construcción de la torre de la Basílica de la Encina.
     
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